Desde el sector de la Abogacía se ha insistido siempre en la importancia del asesoramiento jurídico, y no sólo en la importancia de estar defendido por un Abogado en procedimientos judiciales ya iniciados.
Una de las campañas publicitarias emprendidas por el Consejo General de la Abogacía Española decía: “Si quieres saber de qué te hablan, consulta a tu Abogado. Gana en tranquilidad”. Es la conocida como “abogacía preventiva”, que propugna el asesoramiento previo antes de tomar decisiones en el ámbito jurídico. Con ello no sólo se evitan conflictos y procedimientos judiciales, sino también se puede decidir qué camino es el más acertado para alcanzar un objetivo.
Recientemente un cliente nos consultó sobre una reclamación por unos daños sufridos durante la ejecución de un contrato. Los hechos se remontan cuatro años atrás, y tras haber efectuado numerosas gestiones personales, y a la vista de que no es atendida su reclamación, acude a nuestro despacho para encomendarnos la reclamación judicial. Sin embargo, el cliente desconocía que existe un plazo de prescripción, y que por tanto ahora ya no es viable la acción judicial.
Este es sólo un ejemplo de los muchos que demuestran que un asesoramiento jurídico previo puede resolver dudas, aclarar cuestiones y sentar las bases para el éxito en las acciones legales.